El éxito siempre empieza con el fracaso. Si te paras a estudiar a algunas de las personas más exitosas que hayan existido, descubrirás que todas fracasaron estrepitosamente en algún momento. Algunos de estos personajes incluso fueron considerados fracasos en vida, pero todos ellos se las apañaron para darle la vuelta a la situación. Como si de alquimistas se tratase, transformaron el fracaso en éxito. ¿Cómo lo hicieron? Descubrieron las principales causas de su fracaso, aprendieron valiosas lecciones y cambiaron su opinión sobre él.
El artículo que vas a leer a continuación, no solo te enseñará los motivos por los que la gente fracasa en la vida, sino que además te mostrará cómo evitar estos errores y conseguir el éxito. Y lo que es más importante, este post te ayudará a descubrir el gran poder del fracaso. Todos fracasamos, no se puede evitar, pero siempre tenemos la opción de utilizar estas experiencias (a menudo dolorosas) para crecer en el futuro.
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Si analizas los acontecimientos de tu vida, descubrirás que ninguno de tus fracasos fue fatal. En palabras de Winston Churchill, “El éxito no es final, el fracaso no es fatal: lo importante es el valor para continuar”.
A pesar de que todos podemos estar de acuerdo con esta máxima, no solemos actuar así. Permitimos que el fracaso nos desanime y, como consecuencia, cuanto más fracasamos, más nos desanimamos. Siempre hay una “vocecita” dentro de nuestra cabeza repitiéndonos: “he fallado en la vida y, por lo tanto, soy un fracasado”. Cuanto más nos lo repitamos, más lo creeremos. Y, una vez lo tengamos interiorizado, el mundo terminará viéndonos así. Míralo como lo hacía Thomas A. Edison: “Yo no he fracasado. Solo he descubierto 10.000 maneras que no funcionan”. ¡Mucho mejor, ¿verdad?!
Cuando nos enfrentamos al fracaso, lo primero que vemos es todo lo negativo que conlleva. Pasamos por alto todos los beneficios de fracasar. ¡Sí, sí, has leído bien: beneficios de fracasar! Cada fracaso te da la oportunidad de hacerte más fuerte. El fracaso te permite regresar más fuerte, más sabio y más espabilado que antes. Pero debemos sacarles provecho a nuestros fracasos, de lo contrario, nos destruirán.
En casi todos los casos, el éxito no es el resultado de conseguir que las cosas salgan bien a la primera. Generalmente, viene de descubrir poco a poco lo que no se ha hecho. El éxito llega como consecuencia de una mente fuerte que sigue arreglando lo que se ha hecho mal, hasta que consigue hacerlo bien.
A continuación, encontrarás las principales causas de por qué fracasamos en la vida y qué podemos hacer para obtener el éxito.
Las principales causas del fracaso
El fracaso nos enseña dos valiosas lecciones. La primera es que estamos haciendo algo mal. La segunda lección no solo nos enseña que siempre podemos superar ese fracaso, sino que DEBEMOS VOLVER Y CONTINUAR PERSIGUIENDO NUESTROS SUEÑOS. Si no aprendemos estas lecciones, nos quedaremos tumbados en el suelo sin saber qué pasó.
Estas son las razones por las que la gente fracasa en la vida y qué podemos hacer para cambiarlo:
Falta de disciplina
El éxito exige disciplina. Un requisito indispensable para lograr el éxito es ejercer autocontrol sobre uno mismo. Si careces de autodisciplina, lo más probable es que termines tirando la toalla en cuanto surja cualquier problema. De igual modo, la carencia de disciplina te hace más propenso a dirigirte hacia tentaciones a corto plazo que no te llevan a ninguna parte. Si no tienes disciplina, no le encontrarás sentido a hacer sacrificios hoy para prosperar mañana.
Por otro lado, si eres disciplinado, te será mucho más fácil evitar tentaciones y distracciones. El autocontrol te ayuda a concentrarte en los objetivos que persigues, incluso si eso significa hacer sacrificios temporalmente, padecer y abstenerte de tentaciones. De hecho, comenzarás a ver estas tentaciones y distracciones como lo que realmente son: obstáculos en el camino hacia el éxito.
¿Cómo puedo superar la falta de autodisciplina?
Lo malo de la autodisciplina es que debe ejercitarse. La mayoría de las personas asume erróneamente que algunos nacen con ella de serie, y otros no. Esto es un error fatal. De hecho, la pereza y la falta de fuerza interior son dos de los motivos principales que impiden a muchos desarrollar la autodisciplina. Pero ¿cómo podemos ejercitar la disciplina si continuamente evitamos hacer cosas difíciles que exigen constancia, voluntad y determinación?
Trabaja en el desarrollo y mejora de tu autodisciplina poco a poco. Puedes conseguirlo, por ejemplo:
- Elevando tus niveles de tolerancia al estrés
- Meditando
- Eliminando las distracciones
- Cortando con los malos hábitos
- Haciendo planes y premiándote cuando consigas tus metas
- Haciendo ejercicio con regularidad
Cómo vender cuando nadie está comprando
Una de las frases que más hemos escuchado últimamente es : “El mundo esta parado”. Si realmente piensas eso debes replantearte tu situación. Como empresario/a debes mirar este momento desde otra perspectiva y buscar la oportunidad de negocio.
Esta guía te impulsara a encontrar ese primer paso que debes dar, ese que necesitas en este mismo momento y que te ayudara a abordar esta situación.
Falta de constancia
Puedes tener talento e inteligencia. Pero si no se combinan con la constancia, al final fracasarás. La carencia de constancia es un gran obstáculo para el éxito. Hay muchísima gente con talento que fracasa una y otra vez porque confía demasiado en sus dones. Persisten mientras controlan por completo lo que están haciendo, pero abandonan en cuanto se tuercen las cosas.
Si crees que la falta de constancia te hace fracasar, encuentra la forma de NO abandonar demasiado rápido. Si bien es cierto que persistir cuando estás atrapado en un callejón sin salida no te llevará a ninguna parte, la constancia te hará descubrir nuevos enfoques y hacer ajustes. Sé constante ante las dificultades y problemas. Continúa luchando tus sueños, incluso si es incómodo. El hecho de estar atrapado en un callejón sin salida no significa que no haya otras formas de alcanzar tus objetivos.
Falta de voluntad para nadar contracorriente
Siempre es más fácil dejarse llevar por la corriente, pero te llevará a donde va todo el mundo. Solo obtendrás los mismos resultados que los demás. La sociedad está diseñada para que te dejes llevar por la corriente, incluso aunque no quieras. Te pondrá muchos obstáculos e impedimentos en el camino si intentas prosperar por tus propios méritos nadando contracorriente. La gente sencillamente se siente amenazada por aquellos que desafían la opinión predominante. Sin embargo, al mismo tiempo, la sociedad premia a aquellos individuos que se las apañan para nadar contracorriente. Sin estos individuos, no habría aviones, electricidad, ni ordenadores.
Ten el valor de tomar decisiones que vayan contra las opiniones generales. Nada a contracorriente si está en tu naturaleza. Persigue aquellas actividades que se ajustan a tus talentos innatos.
Falta de planificación
Si no tienes un plan adecuado, es menos probable que tengas éxito en la vida. No importa si el plan es imperfecto o si las cosas no salen exactamente como estaban planeadas. Lo que importa es que tengas un plan: te ayudará a conducir todas tus acciones en la misma dirección. Sin un plan claro, lo más seguro es que te vayas hacia la derecha, la izquierda, hacia delante, hacia atrás… pero nunca te acercarás a tus metas. La importancia de la planificación está respaldada por estudios científicos que demuestran que los emprendedores tienen menos probabilidades de fracasar si tienen un plan.
Desarrolla planes alcanzables, asequibles, específicos y con plazos determinados. Piensa detenidamente las cosas antes de comenzar a perseguir un objetivo específico. Crea planes sobre qué hacer a continuación y cómo responder ante posibles problemas. Actualiza tus planes con regularidad y haz ajustes si es necesario.
Miedo al fracaso
Tener miedo al fracaso nos paraliza, nos aleja de aprovechar oportunidades. Cuando tenemos miedo al fracaso, ni siquiera nos esforzamos. Pero ¿no es ese el mayor fracaso de todos? ¿No es peor no intentarlo que fracasar? En palabras de Robert Kennedy, “Solo aquellos que se atreven a fracasar a lo grande pueden lograr cosas grandes”.
No tengas miedo a fracasar: ten miedo a no tener el valor de intentarlo. El miedo al fracaso es el mayor obstáculo en el camino hacia el éxito. Si logras superarlo, habrás dado un gran paso en la dirección correcta. El progreso solo se puede alcanzar paso a paso. No importa si tropiezas aquí o allá, lo importante es que te levantes y continúes caminando.
No percibas el fracaso como un castigo. ¡Al contrario! Usa la lección que has aprendido de tus fracasos para perseguir tus sueños incluso con mayor determinación.
Quererlo todo y quererlo ya
Muchísimas personas desean conseguir grandes cosas, pero cometen el error de ponerse metas demasiado exigentes, por lo que enseguida terminan viniéndose abajo cuando se dan cuenta de que la “montaña” que tienen delante es demasiado alta. El desánimo se debe a la falta de resultados. Estas personas “escalan la montaña durante una hora”, solo para darse cuenta de que la distancia hasta la cima no está ni un poquito más cerca, y por este motivo abandonan.
No tiene nada de malo apuntar alto y soñar a lo grande. En general, apuntar a lo más alto nos empuja a intentarlo con más fuerza y luchar por lo que queremos, pero en esos casos también debemos estar preparados para una gran caída. En realidad, el verdadero problema radica en quererlo todo sin tener en cuenta la dedicación, el esfuerzo y el trabajo que se necesitan cada día para acercarte a tus objetivos. Esta manera de pensar puede convertirse en un problema si no desarrollamos un “medio de transporte” adecuado que nos lleve allí.
Los seres humanos tendemos a querer resultados inmediatos. Es por este motivo que te recomendamos dividir tus objetivos para no desanimarte muy rápido. Si te fijas logros grandes y pequeños en tu camino hacia la cima de la montaña, mantendrás la motivación elevada durante todo el viaje.
No creer en uno mismo
La inteligencia y el talento no son siempre lo que separa a las personas de éxito de las que no. La diferencia más grande radica en el hecho de que los individuos de éxito creen en sí mismos. Creen que pueden cumplir los objetivos que se han marcado. Creen en su habilidad para superar los desafíos que se les presentan. La profunda convicción en su capacidad para solucionar problemas los anima a aprovechar oportunidades que, en principio, parecen inalcanzables. La gente de éxito sabe que, si algo no le convence, no le va a funcionar.
Mientras que las personas sin éxito buscan razones por las cuales algo no les funciona, las de éxito tienen la determinación necesaria para hacer que las cosas les funcionen. Es por esto que ponemos el acento en la importancia de creer en lo que uno hace. Si crees en ti mismo, es menos probable que abandones. Por otro lado, tu seguridad te dará la fuerza que necesitas para seguir buscando soluciones hasta que las encuentres.
Falta de humildad
Aunque parezca extraño, la humildad está considerada una importante llave del éxito para muchas personas triunfadoras. Algunos incluso dirían que es la esencia del éxito. Resulta que la gente humilde tiende a rendir más, según estudios científicos. Pero ser humilde tiene muchísimas otras ventajas. Te ayuda a estar menos pendiente de ti mismo (no confundir con infravalorarse). La humildad te ayuda a valorar tus puntos fuertes, tus flaquezas y tus limitaciones de manera realista. Además, te abre los ojos con respecto a la gran cantidad de cosas que aún no conoces.
A mucha gente sin éxito les falta humildad. Puede que hayan ganado alguna batalla aquí o allá y, de repente, ya se creen expertos en su campo.
Excusas
Si culpas a otros de tus errores o problemas, estás abocado al fracaso. Todos nos enfrentamos a problemas que nos hacen descarrilar, peros solo podremos avanzar en la vida cuando dejemos de usar esos problemas y desafíos como excusas. Como dijo Benjamin Frankling, “El que es bueno poniendo excusas, es bueno para poco más”.
Las personas de éxito no permiten que las excusas se interpongan entre ellos y sus objetivos. Entienden que poner excusas no los lleva a ninguna parte. Por este motivo, resisten la tentación de encontrar “excusas para sentirse bien”, aceptan la responsabilidad de sus acciones y comienzan a tratar sus asuntos en persona.
Siempre hay una razón para justificar la inacción. No dejes que el miedo al fracaso, el rechazo o el cambio te encierren dentro de los límites de tu “zona de confort”.
Falta de voluntad para relacionarte
Perderás un gran número de oportunidades si no inviertes tiempo en construir relaciones fuertes con aquellos que te ayudan. Por desgracia, muchos subestiman la importancia de crear comunidad. Nuestras relaciones nos ayudan a llegar a otros y convencerlos para que trabajen con nosotros, no contra nosotros. Las conexiones nos ayudan a conocer a personas con intereses afines a los nuestros.
Tendencia a tira la toalla
Abandonar te lleva derecho al fracaso. La gente sin éxito tiende a tirar la toalla a la primera de cambio. Fracasan casi siempre porque, sencillamente, no se esfuerzan lo suficiente. Sueñan con el éxito fácil, sin que les cueste demasiado esfuerzo. Esta manera de conseguir el éxito es poco probable, por no decir imposible.
Siempre será más cómodo abandonar cuando las cosas empiezan a torcerse. Tirar la toalla te ahorra muchos problemas, esfuerzo y sufrimiento, pero también te quita la oportunidad de triunfar.
No abandones solo porque te enfrentas a dificultades. Caer al suelo de vez en cuando no tiene importancia. Lo que cuenta es que sigas intentándolo hasta que encuentres la manera de lograr tus metas. Mientras seas capaz de volver a levantarte, el fracaso no podrá derrotarte.
No admitir consejos
Algunas personas fracasan porque no toleran valiosos feedbacks de otras personas. En lugar de eso, terminan discutiendo con ellos sobre por qué creen que lo que están haciendo está bien. Incluso cuando están viendo que todas sus iniciativas están fracasando, no aceptan consejos de nadie. Este tipo de gente prefiere tener razón (desde su particular punto de vista) que abrirse a críticas constructivas. La razón es sencilla: oír críticas constructivas y consejos de otras personas les recuerda que deben asumir sus propios fracasos, cosa que intentan evitar a toda costa. Como consecuencia, prefieren convencer a los demás de que tienen razón en vez de aprender a hacer las cosas de otra forma.
Es importante estar abiertos a feedback y consejos, especialmente en situaciones en las que nos enfrentamos a problemas o al fracaso. No todo el mundo tiene la capacidad de saber ayudarnos, pero aquellos que nos pueden aconsejar, deberían ser escuchados con atención. Puede que no nos guste lo que tengan que decirnos, pero si se trata de una crítica constructiva, nos ayudará a reflexionar y a aprender lecciones importantes. ¡Merece la pena!
Negarse a aprender de los errores pasados
La gente sin éxito se siente profundamente dolida por sus errores y fracasos. Como consecuencia, hacen cualquier cosa para olvidarse rápidamente de experiencias dolorosas. El problema es que con esta actitud también estás borrando lecciones y reflexiones importantes que se pueden sacar de esos errores.
¿Qué pasa si elijo ignorar lecciones importantes? Que estaré condenado a repetir los mismos fallos una y otra vez, hasta que por fin pille el mensaje.
No entierres tus errores. Analiza lo que hiciste mal y mira qué puedes aprender de esa experiencia. Averigua por qué tu estrategia no funcionó. Desarrolla un planteamiento que te ayude a evitar errores parecidos en el futuro.
Incapacidad para evitar distracciones
La habilidad de una persona para evitar distracciones puede ser un factor clave para lograr el éxito. La forma en que te enfrentas a las distracciones puede auparte o alejarte del éxito. Por un lado, si eres incapaz de caer en la tentación de distraerte, tu flujo de trabajo se resentirá. Si estás saltando continuamente de Facebook a Twitter y de Twitter a Instagram, perderás la noción de lo que es importante. ¡O peor! Será menos probable que te concentres completamente en una tarea en cuestión, cosa que empeorará los resultados.
Por otro lado, si tienes la fortaleza mental necesaria para abstenerte de estas distracciones, serás mucho más productivo.
Procrastinar
Algo que diferencia a las personas de éxito de las demás es su habilidad para evitar procrastinar. Este don tan importante te ayudará a mantener la productividad en sus niveles más altos.
Existen dos tipos de desafíos con respecto a la procrastinación. El primer problema es que hay gente que, sencillamente, no puede empezar nada. Procrastinan durante horas porque intentan retrasar el momento de hacer algo. El segundo problema surge en cuanto aparece cualquier tipo de problema. La aparición de cualquier tipo de reto conduce a muchas personas a procrastinar en vez de trabajar para solucionar los problemas.
Fracasar a la hora de asumir responsabilidades
No querer asumir responsabilidades está estrechamente relacionado con poner excusas. Lo que ambas tienen en común es que buscamos la culpa de nuestra situación en factores externos. Esto es de lo peor que podemos hacer, puesto que cedemos nuestro control. Si no asumimos la responsabilidad de lo que ocurre en nuestras vidas, no estaremos en posición de hacer nada al respecto. Para poder enfrentarnos a los retos que surgen, debemos estar en una situación de control. De no ser así, todo lo que nos pase será consecuencia del azar, lo que significa que no podremos hacer nada para cambiarlo.
Como última reflexión sobre el fracaso y su importancia, nos quedamos una frase de la escritora Janet Fitch: “El ave fénix debe arder para resurgir de sus cenizas”.
Esperamos que hayas disfrutado leyendo este artículo sobre cuáles son las principales causas del fracaso en la vida y de la importancia de aprender sobre todos y cada uno de ellos para acercarnos un poquito más al éxito.