Si todavía no tienes claras cuáles son tus metas ni has elaborado un plan para conseguirlas, aquí te damos algunas claves por las que puedes comenzar.
Consigue resultados mejores y en menos tiempo
Establecer metas claramente definidas te ayudarán a concentrarte en cómo lograrlas. Céntrate en el CÓMO en lugar de en el QUÉ. Pasa a la acción, aunque sea poco a poco. Cada día que pasa puedes realizar pequeñas acciones que te acerquen a tus objetivos e ir sumando para lograr resultados con el paso del tiempo.
A medida que comiences a ver resultados, te sentirás más motivado, lo que te hará más productivo y efectivo a la hora de alcanzar tus metas.
Tener un objetivo claro te da algo en lo que centrarte: una línea de salida marcada en el suelo para empezar la carrera. La ventaja de estar centrado es que puedes librarte de cualquier distracción que no aporte ningún valor al logro de ese objetivo.
Por otro lado, tener una meta hará que trabajes más duro y más rápido para alcanzarla. Cuanto más progreses y más cerca estés de tu objetivo, más probable será que te des prisa por alcanzarlo.
Aumenta la actitud positiva
Las metas te brindan un sentido de propósito. Te dan el control de tu futuro.
Dado que tus metas nacen de sus propios deseos, te sentirás más positivo sabiendo que trabajas para lograr tus sueños.
A medida que te esfuerces para lograr tus objetivos y comiences a ver buenos resultados, entrarás en un bucle positivo de motivación. Nuestros cerebros funcionan así.
La neurociencia sugiere que nuestros cerebros usan el neurotransmisor dopamina como un sistema de guía interno para alcanzar nuestras metas.
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¿Alguna vez has visto el número 11:11 en el reloj y has sentido una conexión especial con ese número? Si es así, debes saber que no es una coincidencia. El universo te está enviando un mensaje muy importante que puede transformar tu vida.
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Crea un sentido de propósito
Todo el mundo necesita un propósito en la vida y marcarse metas es una forma fantástica de ayudarte a determinar tu propósito.
Alguien dijo alguna vez: “Si no sabes a dónde vas, terminarás en otro lugar“. Si quieres terminar en algún lugar de la vida, busca dónde está, cómo llegar y camina.
Marcarte metas te ayuda a concentrarte en lo que es relevante y te hace responsable de ti mismo.
Deja claras tus intenciones y céntrate en ellas
El poeta Bill Copeland dijo una vez: “Si no tienes una meta, estás pasando tu vida dando vueltas y sin lograr nada por ti mismo“.
Los objetivos claramente establecidos te ayudan a establecer y definir tus intenciones y deseos, y te dan claridad sobre tu finalidad y lo que deseas lograr.
Si no nos marcamos metas personales, tendremos la sensación de estar haciendo algo en la vida, pero fuera de nuestro control, como si nos dejáramos llevar por el viento y jugando un papel en el cumplimiento de las esperanzas y los sueños de otros.
Es posible que tengas una idea general de lo que quieres lograr, pero sin objetivos claramente articulados, no podrás canalizar tus esfuerzos correctamente. Entonces te desviarás de las corrientes diarias de la vida porque no tendrás metas en las que centrarte.
Muchas personas están cansadas de sus trabajos o de su vida diaria, pero continúan sin saber cómo salir del laberinto. El primer paso es establecer una meta que defina claramente tu visión de la vida fuera de la rutina.
¿Cómo piensas salir de tu lugar actual y llegar a uno mejor si no vas a ser específico sobre cómo es ese nuevo lugar?
Determina eso y podrás establecer un enfoque claro para canalizar tu tiempo y energía en conseguir lo que realmente te importa. Lo que nos lleva al siguiente punto…
Mantente centrado
Los objetivos te brindan un único punto de enfoque al que dedicar tu tiempo y energía. Una vez que pongas tu atención en ese punto y actúes, comenzarás a ver avances y resultados.
Una meta es el embudo entre el esfuerzo y los resultados. Sin este embudo, tu energía y tu tiempo se desperdician en actividades caprichosas que no juegan ningún papel en el panorama general de tu vida. Elimina actividades que, aunque puedan parecer agradables, no aportan ningún avance en lo que realmente deseas lograr.
Una vez que te marques las metas, recuérdate a ti mismo cuáles son todos los días. Esto te asegurará que seas más consciente de ellas para conseguirlas. Te distraerás menos o gastarás menos energía en actividades, personas o situaciones que no te ayudarán a alcanzar tus esperanzas y sueños.
Las personas que no se marcan metas se agobian fácilmente. Siempre hay mucho que hacer y poco tiempo. La importancia de lo que hay que hacer y lo que se puede esperar es cada vez más clara una vez que se establecen las metas, simplemente preguntándonos: “¿Esto me ayudará a seguir adelante?“.
Vence la procrastinación
La procrastinación o “dejar para mañana lo que se puede hacer hoy” es uno de los hábitos más perjudiciales para progresar en cualquier ámbito de la vida. Centrarse ayuda a vencer la procrastinación.
Si tus objetivos son lo suficientemente específicos, reflejan con precisión tus deseos y los recuerdas a diario, no te distraerás. Perderás menos tiempo en actividades insignificantes o improductivas que no te ayudarán a lograr tu objetivo.
Mejor gestión del tiempo
Establecer metas te obliga a administrar tu tiempo para sacarle el máximo partido. Con una idea clara de lo que tienes que conseguir y en qué marco de tiempo, tendrás un cálculo aproximado de cuánto esfuerzo debes esperar de ti mismo para llegar allí.
Con las metas establecidas, podrás adoptar un plan que tendrá tareas e hitos específicos que alcanzar. Estos objetivos a corto plazo dividirán la tarea y la harán más fácil. A su vez, aumentarás tu productividad y eficiencia al igual que tu motivación para alcanzar tu meta final.
Toma de decisiones más claras
Si tienes unas metas bien marcadas, tu toma de decisiones se volverá más clara, porque saber lo que quieres lograr significa que puedes preguntarte: “¿Esto me acerca más a mi objetivo?“. De esta manera, cualquier duda que surja a lo largo de tu planificación para alcanzar tus objetivos será mucho más fácil de resolver.
Impulsa la motivación
La motivación es el ingrediente principal para lograr tus metas, ya sean los hitos a corto plazo o el objetivo final.
Encontrarás toda la motivación que necesitas si tu meta final proviene de tu corazón, ya que es una representación de tus deseos internos. Estos objetivos se denominan objetivos autoconcordantes y es más probable que reciban un esfuerzo sostenido en el tiempo y, en consecuencia, tengan éxito.
Recordar tus metas a diario sirve como fuente constante de motivación cuando las cosas se ponen difíciles.
Dividir las tareas en pequeñas metas a corto plazo hará que la meta final sea más alcanzable y te ayudará a lograr las cosas en menos tiempo. Lo más importante es que las metas a corto plazo alimentan la motivación porque generan un sentido de logro.
Esta sensación de logro aumentará tus niveles de energía conforme empieces a dedicar tu tiempo a lo que te apasiona. Empezarás a tomar el control, sin dejar tu vida solo en manos del destino.
Te hace responsable
¡Esta es una de las ventajas más importantes de marcarse metas!
Tener metas te hace responsable de ti mismo. En lugar de simplemente hablar sobre lo que quieres y no hacer nada, establecer metas te compromete a actuar.
Cuando eres responsable de ti mismo, te mantienes fiel a tus deseos. Si no logras sus objetivos, sabrás qué se necesitas hacer para cambiar tu situación.
Establece límites
El establecimiento de límites es importante para cualquier persona. Muchas personas temen decir “NO” a la gente porque es demasiado educada.
Las metas claras y sólidas te ayudarán a trazar una línea firme para eliminar las distracciones o deshacerte de las personas y situaciones que impedirán tu progreso.
Los límites también inducen un sentido de responsabilidad y ayudan a resaltar las cosas que se interponen en tu camino. Es un buen mecanismo para determinar si estás cumpliendo con lo que te comprometiste a conseguir.
Reduce el estrés
Una vez que hayas adoptado metas claras y las haya dividido en un plan, serás mucho más organizado. Tendrás una visión clara de cuáles son tus prioridades y, con una gestión eficiente del tiempo y un enfoque, podrás alcanzar sus objetivos con poco estrés mental.
De hecho, a medida que comiences a progresar y veas resultados, las reacciones químicas en tu cerebro contrarrestarán el estrés de manera natural.
Potencia la comunicación
Marcarse metas te permite aclarar a los demás lo que esperas lograr. Si tienes un compañero y lo necesitas a bordo, esto te ayudará. Si eres el propietario de un negocio con empleados claramente establecidos, los objetivos te ayudarán a centrar a todo el equipo en lo que debe lograrse.