Casi todo en la vida experimenta ciclos. El sistema solar, las hormonas, tu lavadora… y sí, incluso la motivación. El movimiento es inherente a los ciclos. Si dejas de moverte, tu negocio simplemente se detiene, y puede que al final te encuentres buscando otro trabajo.
La mera amenaza de estancamiento debería ser suficiente para que tu motivación de empresario se vuelva a poner en marcha. Si eso no es suficiente, aquí te dejo ocho formas de motivarte mientras construyes tu negocio.
La motivación empresarial no dura por sí sola
Irónicamente, el primer paso para mantenerse motivado es reconocer que la motivación no dura para siempre, al menos sin algún esfuerzo. Piensa en verbos asociados a la motivación, como “incitar”, “estimular” o “inspirar”. Todos ellos implican elevar algo que se encuentra bajo.
Los altibajos, los flujos y reflujos, son cíclicos. Hay días en los que tienes tantas cosas que hacer que no te dan las horas. En otros, puede que te cueste incluso vestirte. Como todos los aspectos de tu negocio, la motivación requiere un cuidado y una alimentación constantes. Así que no te desesperes en esos momentos en los que te sientes tocado. Recuerda la emoción casi obsesiva que sientes cuando tu motivación empresarial parece imparable y céntrate en recuperarla.
La motivación no surge ni dura. Requiere concentración, impulso y un esfuerzo consciente. Cuando te sientas desmotivado, arremángate, elige una tarea y vuelve a la creación de la empresa.
Céntrate en tus objetivos
Todos sabemos que las metas son importantes. Si no las establecemos, ¿cómo sabemos cuándo hemos logrado algo? En los negocios, como en la vida, necesitamos fijarnos objetivos.
Para mí, centrarme en un objetivo es intrínsecamente motivador. ¿Has cumplido todos los objetivos comerciales que te marcaste en el pasado? Entonces, ha llegado el momento de establecer algunos nuevos e incluso más ambiciosos que los anteriores.
Ten en cuenta que los objetivos comerciales pueden ser objetivos móviles, ya que las circunstancias cambian y se impone la realidad. Lo que debes evitar es quedarte paralizado por culpa de la indecisión.
El mero ejercicio de establecerse metas es energizante, así que usa este método de motivación cuando te encuentres en un momento de bajón. Asegúrate de marcarte metas realistas, ni demasiado altas ni demasiado bajas. Una vez Una vez fijados los grandes objetivos, establece hitos más pequeños para saber que tu negocio va por buen camino.
Mantente fiel a tu misión (o encuentra una nueva)
A diferencia de los objetivos, la misión de tu empresa no debe ser un objetivo móvil. Aunque la misión puede y debe reevaluarse periódicamente, tiene que permanecer constante durante un período de tiempo significativo. El motivo es que debe ser el motor de todo lo que hagas.
El mundo cambia rápidamente. Los clientes, la tecnología, los mercados, la mano de obra y las cadenas de suministro están en constante cambio. En mi empresa, el reto ha sido siempre responder al cambio sin dejar de ser fieles a nuestra misión.
Debes encontrar la motivación en la misión de tu empresa. Si no lo haces, quizá no te apasione, no puedas ser el mejor del mundo en ello o no te esté generando ganancias. Si ese es el caso, encuentra una misión que se cruce con ella y redescubrirás tu motivación empresarial.
Expande tu red de contactos
Ninguna empresa o empresario puede funcionar viviendo en una burbuja. La conexión con clientes, proveedores, empleados y otros empresarios es vital para el crecimiento de un negocio. También es motivador. Creo que una de las cosas que más me motivan en mi negocio son las conexiones que establezco al trabajar con otros contactos.
La creación de redes se basa en dar y recibir, lo que significa que solo se recoge lo que se siembra. Sé generoso con tus pensamientos, ideas y contactos, y los demás harán lo mismo.
Hoy en día, hay un sinfín de canales de networking entre los que elegir. Están las conferencias, las organizaciones industriales y profesionales, e incluso la Cámara de Comercio local. Pero Internet y las redes sociales han ampliado enormemente las oportunidades de conectar con otras personas ambiciosas que están construyendo su imperio.
Si no estás haciendo networking porque crees que no merece la pena, ¡sal ahí fuera! No solo obtendrás grandes ideas, sino que también te sentirás inspirado. Pocas cosas son tan motivadoras como conocer el entusiasmo de otras personas por tu negocio.
Identifica tus poderes disruptivos
Cuando creaste tu negocio, ¿querías ser uno más? ¿O querías llenar un nicho de mercado vacío? Lo más probable es que creyeras que tenías una solución a un problema que ninguna otra empresa estaba resolviendo.
Por ejemplo, Uber, Netflix y Blue Apron. Estas empresas revolucionaron las industrias del taxi, del cine y de la alimentación dando un giro revolucionario a la forma tradicional de hacer negocios. Al hacerlo, resolvieron problemas que el mercado ni siquiera sabía que tenía.
Puede que la empresa que estés construyendo no sea la próxima Tesla, pero eso no significa que no puedas modificar una industria, un sector o simplemente tu comunidad empresarial local. Puede que descubras un nuevo modelo de servicio al cliente o una nueva forma de utilizar la tecnología que a nadie más se le ha ocurrido.
No se puede ser innovador sin estar motivado, y si no lo estás, tu empresa solo conseguirá ser una más. Así que empieza a imaginar formas de revolucionar tu sector para poner en marcha tu motivación. Incluso las pequeñas ondas pueden convertirse en grandes olas.
Celebra las victorias y aprende de las derrotas
Suele ocurrir que los empresarios no celebran las victorias ni aprenden de las derrotas. Es una lástima, porque tanto las victorias como las derrotas son dos secretos bien conocidos de la motivación empresarial. Si no las estás tratando como las motivaciones que son, deberías hacerlo.
Vuelve a los objetivos que te fijaste cuando pusiste en marcha tu empresa. ¿Los has alcanzado?
De ser así, ¿le has dedicado tiempo a celebrarlo con tus trabajadores? Si no los has alcanzado, averigua por qué, haz ajustes e intenta convertirlos en victorias. Regodearse en las derrotas en lugar de aprender de ellas y seguir adelante es una forma segura de perder la motivación.
No olvides celebrar también las pequeñas victorias. En mi empresa, hacemos sonar una campanilla cada vez que conseguimos un nuevo cliente para que la pequeña victoria resuene en la oficina. De este modo, aumentamos nuestra confianza, generamos entusiasmo y motivamos a nuestro equipo para que apunte más alto. Recomiendo que encuentres tu propia manera de reconocer las pequeñas victorias, tan necesarias para lograr los grandes éxitos que tu negocio necesita para prosperar.
Cuando aparezca la falta de motivación, haz un balance de todo lo que has conseguido. Date una palmadita en la espalda y disfruta del brillo de los logros. Esa pausa puede ser todo lo que necesitas para motivarte a conseguir más éxitos.
Céntrate siempre en el cliente
Sea cual sea el producto o el servicio que vendas, tienes clientes. Tu falta de motivación hace un flaco favor a un mercado que busca soluciones en tu empresa. Cuando la motivación de tu negocio disminuya, piensa en esos clientes que cuentan contigo para tener éxito.
Estar pendiente de tus clientes no es una distracción para construir tu negocio. Las empresas más exitosas del mundo están muy centradas en el cliente. Piensa en la asombrosa capacidad de Apple para anticiparse a las necesidades de los clientes o en el crecimiento de Google basado en la nube, debido a la empatía con los retos a los que se enfrentan sus clientes.
Quizá exista una relación entre tu falta de motivación y la desatención a los clientes. Permanecer atento a sus necesidades determinará el éxito de tu negocio. Realizar encuestas, leer las opiniones de los clientes y hacer estudios de mercado para descubrir esas necesidades. Al fin y al cabo, si no estás resolviendo sus problemas, ¿qué estás haciendo?
Cuando el ruido de las exigencias cotidianas de la gestión de un negocio sea demasiado fuerte, súmate a él. Escucha lo que tus clientes dicen de ti y lo que piden. Responder a ellas requerirá concentración, ya que estás motivado por tu sueño de construir un negocio de éxito.
Pasa algo de tiempo alejado
Crear una empresa es agotador en tiempos normales. Si a esto le añadimos el estrés y los cambios radicales que acompañan a una pandemia mundial, la vida puede resultar abrumadora. Esto puede derivar en depresión, indecisión, parálisis o incluso pánico.
No puedes controlar todo lo que pasa en el mundo, pero puedes controlar tu respuesta a lo que está sucediendo. Empieza por dejar de intentar hacerlo todo y, en su lugar, establece algunas prioridades. Cuando estés abrumado por la vida, una de esas prioridades eres tú mismo.
Dedica un tiempo a alejarte del trabajo para recargarte. Tomarte un pequeño respiro es la única forma de reponer la energía y la inspiración que te quita un mundo turbulento. Trabaja para superar la sensación de que tu negocio no puede funcionar sin ti, especialmente cuando tu falta de motivación no te está haciendo ningún favor.
Un poco de descanso y relajación puede ser todo lo que necesitas para volver a la oficina con energía. Si el descanso incluye un viaje y conocer diferentes lugares y culturas, es posible que incluso te despierten nuevas ideas. Te sentirás motivado para retomar el trabajo donde lo dejaste y volver a hacer crecer tu negocio.
En conclusión
La motivación es movimiento, acción, una fuerza motriz de la naturaleza humana. Aunque crece y disminuye de forma tan natural como el ciclo lunar, restablecer la motivación empresarial puede requerir un esfuerzo extra. Es un esfuerzo necesitas hacer porque la falta de motivación prolongada es mortal.
Si te falta motivación para comer, te mueres de hambre. Si te falta motivación para conducir por tu carril, te estrellas. Si te falta motivación para construir tu negocio, fracasas.
Es evidente que eres una persona muy motivada. Si no lo estuvieras, nunca habrías montado tu propio negocio. Los empresarios son, en el fondo, una raza rara y excepcionalmente inspirada.
Así que, cuando tu motivación de emprendedor decaiga, ¡no te rindas! Ya sea que la chispa provenga de una conexión personal, de un nuevo objetivo, de unas breves vacaciones o de un comentario de un cliente, hay formas de retomar el camino de la creación de empresas.
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