Ya sea de manera consciente o inconsciente, empleamos una gran parte de nuestro tiempo pensando en el dinero. Desearíamos tener más dinero, nos preguntamos cuánto deberíamos gastar en algunos productos, nos informamos sobre finanzas en las noticias, nos enfadamos con nuestros familiares por gastar demasiado, pedimos aumentos de sueldo en el trabajo… ¡y la lista sigue! Todos los días pensamos en el dinero.
Como pasamos tanto tiempo preocupándonos por él, a menudo olvidamos que el dinero es solo una herramienta que debe ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. El dinero es un medio que nos permite alcanzar nuestros sueños. La razón por la que oímos a tantas personas decir que el dinero no trae la felicidad es porque la gente cuya meta es tan solo tener más y más riquezas acaba desilusionada. El dinero por sí solo no implica satisfacción.
Sin embargo, si admitimos que el dinero sirve para ayudarnos a cubrir nuestras necesidades y alcanzar nuestros sueños, entonces podríamos decir que el dinero realmente da la felicidad. Pero eso es porque el dinero no es la finalidad en sí misma, sino una mera herramienta, un medio, que nos ayuda a conseguir nuestros propósitos de un futuro mejor. El dinero es un medio, no un fin.
¿Tienes una visión?
Una visión es algo que se sustenta en una inspiración moral. Mientras que un ideal es simplemente un estado preferencial. Déjanos ponerte un ejemplo para mostrarte la diferencia:
- Un ideal: quiero tener mucho dinero.
- Una visión: quiero tener mucho dinero para construir un albergue para la gente sin hogar.
La diferencia es que una visión tiene un por qué útil sujeto a ella. Si no tienes un “por qué”, te cansarás muy pronto de trabajar por un ideal. Una visión, por otro lado, puede impulsarte durante décadas. Con un “por qué” también es más fácil imaginar un “cómo”.
Si elaboras un presupuesto mensual, te ayudará a darle forma a tu visión ya que tendrás claro a dónde va tu dinero realmente, en vez de estar pensando a dónde te gustaría que fuera. Por lo tanto, en vez de decir “necesito ahorrar más dinero”, podrás decir “necesito ahorrar más dinero para poder llevar a mi familia de vacaciones”. No dejes que el dinero sea tu meta. Recuerda que el dinero es solo la herramienta para llevarte allí.
Siempre puedes ganar más dinero
Si piensas en el dinero como una herramienta, evitarás ser un tacaño. No estamos diciendo que debas ser un manirroto, sino que, emocionalmente, debes tener menos apego al dinero. Cuando el dinero es un ideal, por supuesto que no querrás gastarlo, ¡es la razón por la que trabajas! Pero cuando el dinero no es tu meta final, descubrirás que el dinero es fácilmente reemplazable. Un euro ganado hoy es lo mismo que un euro ganado mañana.
Para ver esto más claro, ¡ahí va otro ejemplo! Imaginemos que un familiar tuyo ha fallecido en otra ciudad y estás pensando si puedes permitirte el viaje para el funeral con tan poca anticipación. Aquí se dan dos mentalidades diferentes:
- El dinero como medio: podemos permitirnos ir, incluso si eso significa echar mano de nuestros ahorros y retrasar nuestros planes. La familia es irremplazable, el dinero no.
- El dinero como finalidad: no nos podemos permitir asistir al funeral porque eso significaría echar mano de nuestros ahorros. Me encantaría ir, pero mi plan presupuestario no me lo permite ahora mismo.
En realidad, el tema del dinero está presente en ambos casos, pero en el primer supuesto reconocemos que la razón por la que tenemos dinero es para vivir la vida y hacer con él cosas que nos importan. La segunda mentalidad te obliga a retrasar o perderte cosas de la vida porque el dinero es lo más importante para ti.
El dinero no es malo
Corrigiendo una frase incomprendida, el dinero no es el origen de todos los males. Es el amor ciego por el dinero lo que engendra el mal. Lo que la gente no siempre entiende es que el dinero no es ni bueno ni malo: solo es una herramienta que nos permite alcanzar nuestras visiones de futuro.
Cuando identificamos el dinero con el mal, nos sentimos culpables por querer más. Lo único que debemos comprender es que necesitamos una visión para saber en qué emplear nuestro dinero. Si nos convencemos de que el dinero es “bueno”, descubriremos por las malas que el dinero por sí mismo no puede comprar la felicidad. Recuerda: el dinero es una herramienta, no un fin en sí mismo.
Una nueva mentalidad con respecto al dinero
Entendemos que puede ser difícil pensar en el dinero así, especialmente durante una era en la que los trabajos son escasos o precarios, y la falta de dinero es noticia con más frecuencia de lo habitual. Pero seguimos manteniendo que esta es una manera mejor de pensar en el dinero. El dinero no es malo ni bueno. Es una herramienta. Nada más. No confundamos el dinero con las cosas importantes de la vida. Usa dinero para las cosas importantes. ¿No es para eso para lo que queremos todos el dinero al fin y al cabo?