Si creías que el email marketing era solo lanzar correos a lo loco con “Descuento imperdible” en el asunto, te tengo noticias: estás haciendo todo mal. Y si no sabes quién es David Ogilvy, te falta calle en publicidad. Este tipo, apodado el “padre de la publicidad”, entendía cómo se maneja la persuasión, y aunque no vivió en la era del email marketing, sus reglas siguen siendo oro puro para cualquiera que quiera vender sin parecer un vendedor desesperado. Así que presta atención, porque aquí va una dosis de sentido común publicitario aplicado a los correos electrónicos.
La importancia de la investigación en el email marketing
¡Error de novato! Mandar correos sin investigar a tu audiencia es como pescar con dinamita: puede que algo caiga, pero la mayoría se va a espantar. Ogilvy decía que la investigación es el alma de la publicidad, y en email marketing esto se traduce en conocer a tu audiencia como si fueran tu ex.
Analizando el comportamiento de los suscriptores
No, no se trata de acosarlos, pero sí de entender qué demonios hacen con tus correos. ¿Los abren? ¿Los ignoran? ¿Solo los leen los martes a las 9 AM? Usa herramientas de análisis para saber qué les interesa y ajusta tu estrategia. Es básico, pero muchos siguen enviando spam sin sentido.
Uso de datos para mejorar las campañas
No te pongas sentimental con el contenido. Si algo no funciona, bórralo, ajústalo, prueba otra cosa. Mide tasas de apertura, CTR, conversiones y optimiza sobre la marcha. Si tus correos tienen la misma tasa de apertura que un contrato de términos y condiciones, necesitas cambiar de estrategia.
Ejemplos de investigación aplicada en email marketing
Empresas como Amazon o Netflix no te mandan correos porque sí. Usan datos y comportamiento del usuario para personalizar sus mensajes. No seas mediocre y aprende de los grandes. Si un correo está segmentado e hiperpersonalizado, tienes muchas más posibilidades de que lo lean.
Ahora bien, si tu estrategia de email marketing consiste en mandar el mismo correo genérico a toda tu base de datos, mejor dedica tu tiempo a otra cosa. El cliente de hoy quiere sentir que le hablas a él, no que está en una lista masiva de envíos. Personaliza o muere.
Creatividad enfocada en la conversión
Ogilvy odiaba la creatividad sin propósito. No se trata de hacer diseños bonitos o escribir correos como si fueran poesía. ¡No! Se trata de que tu correo venda. La creatividad está para captar atención y llevar al usuario a hacer clic, comprar, registrarse o lo que sea que quieras que haga. Si tu email es un Picasso pero no convierte, es basura.
Por eso, deja de usar las mismas frases gastadas de “Oferta especial solo por hoy” o “No te lo puedes perder”. Eso ya no convence ni a tu abuela. Prueba con enfoques distintos, usa humor, cuenta una historia, mete un reto al lector. Si captas su atención y lo enganchas, tendrás media batalla ganada.
Honestidad y transparencia en los mensajes
¿Clickbait? ¿Engaños? ¿Promesas falsas? Si haces esto, disfruta mientras dure, porque la confianza una vez rota no se repara. Ogilvy defendía la verdad en la publicidad porque sabía que la credibilidad vende. Si tu marca promete algo, que sea verdad. No juegues con la inteligencia de tus suscriptores, porque te mandan al carajo rápido.
La importancia de una gran idea
Si tu email dice “OFERTA ESPECIAL -50%” y nada más, ¡aburrido! Nadie recuerda lo genérico. Ogilvy decía que la publicidad necesita una gran idea. En email marketing, eso significa pensar en un concepto que enganche. Storytelling, mensajes fuera de lo común, ideas que se graben en la mente del lector. Si no generas interés, eres solo ruido en la bandeja de entrada.
Aterriza bien tu mensaje. La idea central tiene que ser fuerte, clara y diferente. Si tu competencia hace lo mismo, ¿cómo esperas destacar?
El contenido largo puede ser efectivo
¡Sorpresa! No todo tiene que ser un “máximo 5 líneas”. Ogilvy sabía que si el mensaje es bueno, la gente lee. Un email largo, bien escrito y valioso puede convertir mejor que uno corto y sin gracia. Eso sí, si vas a escribir más, que valga la pena. Nada de relleno.
Los lectores no son idiotas. Si les das un contenido bien estructurado, con información útil, lo van a leer. Pero si te pones a divagar sin sentido, se irán rápido. Aprende a escribir bien y a no abusar de las negritas y mayúsculas.
Si quieres que tus emails funcionen, deja de actuar como un principiante y empieza a aplicar lo que Ogilvy nos enseñó hace décadas. Investiga a tu audiencia, usa datos, crea contenido con propósito, sé honesto y no tengas miedo de escribir más si tienes algo útil que decir. No seas otro marketero del montón. Aplica estas reglas y verás la diferencia.
Ah, y si después de leer todo esto sigues enviando correos basura, ya no es mi problema. Tu bandeja de spam será tu propia tumba digital.
Por cierto hace un tiempo escríbi un artículo de David Ogilvy que dice así Los 11 Mandamientos de David Ogilvy para Vender Más y Dejar de Perder Dinero